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“VENDER ESPEJITOS” CON UN TREN INTEROCEÁNICO EN HONDURAS, UNA BURLA INACEPTABLE

Nicaragua ya utilizó este espejismo en medio de la pobreza de ese país centroamericano, a través de un proyecto denominado canal interoceánico, que igualmente lo haría con 50 mil millones de dólares provenientes de China. ¿Qué pasó con esa faraónica obra, la más “grande del mundo” en su género?


Todo quedó en una burla para los nicaragüenses, la mayoría intensamente pobres, porque no tiene recursos ni aliados dispuestos a meterse en negocios políticos.

El dictador nicaragüense lo presentó como “la obra de ingeniería más grande del mundo en toda la historia de la humanidad”.



Era una conexión entre el sur y el Atlántico, utilizando el navegable Río San Juan que desemboca en pacífico, el gigante Lago de Nicaragua y montañas arriba, hasta llegar al Atlántico para hacerle un corte de terracería al país y dar darle paso a los mega buques comerciales para competirle a Panamá.


Ahora viene el gobierno de Xiomara Castro en Honduras y se mete en otra idea para mantener entretenidos a los ciudadanos de ese país, que pasa por pobreza extrema, pobreza y un desempleo infernal que obliga a la gente a buscar el sustento día a día a cómo de lugar y que produce una ola delictiva común y organizada, más una migración masiva del país que no da para más.


Es como “soñar maíz, frente a gallinas hambrientas”; hablar de miles de millones de dólares por una obra que solo cabe en la mente de quienes creen que la gente aún cree en “espejitos” como cuando los españoles conquistaron a la región a cambio del oro, un engaño para incautos que ahora probablemente ya no estén dispuestos a soportar burlas de ese tipo.


Hay una lista de países que el gobierno de Honduras ha puesto en los medios de comunicación que se desprenderán entre 10 a 20 mil millones de dólares para hacer el ferrocarril interoceánico.


Ninguno de estos países ha dado una respuesta oficial de estado para tal fin, mientras llegan a Tegucigalpa a reunirse con una flamante Comisión Nacional del Ferrocarril Interoceánico del gobierno de Honduras, dirigida nada menos que por el hijo de la presidenta Xiomara Castro y de su esposo el expresidente Manuel Zelaya, quienes abrazan una tendencia ideológica socialista, habiendo salido del conservador Partido Liberal de Honduras y que por conveniencia de poder político, ahora comulgan con el ala de países de izquierda socialista como Nicaragua, Brasil, Cuba, Venezuela, México y Colonia entre otros.


Héctor Manuel Zelaya es el secretario privado del gobierno de Xiomara Castro, su madre y presidenta de Honduras, con cuyo proyecto pretenden seguir escaneando políticamente para mantenerse en el poder vendiendo ideas de ensueño.



¿De qué trata el proyecto del Tren Interoceánico?

El proyecto del Tren Interoceánico en Honduras ha sido tema de debate y controversia durante décadas. Aunque se planteó por primera vez en 1989 como una manera de unir el Océano Atlántico con el Océano Pacífico, nunca llegó a materializarse, a pesar de propuestas anteriores del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).


Las autoridades gubernamentales han anunciado recientemente que el proyecto se llevará a cabo, con un presupuesto estimado entre 10 y 20 mil millones de dólares, dividido en dos fases principales. La primera fase implicará la renovación de las vías férreas entre Puerto Cortés y San Pedro Sula, así como la construcción de 120 kilómetros de nuevas rutas férreas para transportar contenedores desde San Pedro Sula hasta La Barca, en el departamento de Cortés.


La segunda fase contempla la construcción de 600 kilómetros adicionales de vía férrea, extendiéndose desde un megapuerto propuesto en Amapala, al suroeste de Honduras, hasta Puerto Castilla, en el norte del país.


La controversia rodea el impacto ambiental, los desplazamientos de comunidades y la asignación de recursos, lo que plantea interrogantes sobre la viabilidad y la sostenibilidad a largo plazo del Tren Interoceánico.




Así como han pasado 44 años de ineptitud democrática en Honduras y de desarrollo social y económico, los diez gobiernos al hilo no han podido ni siquiera reabrir el Ferrocarril Nacional que fue único en la región y que conectó la zona norte, Atlántica y parte del occidente del país. Si tan solo hicieran esa obra, estaríamos bien servidos.



Riesgos de corrupción

En una entrevista con Expediente Público, el analista costarricense Carlos Murillo brindó una perspectiva sobre los riesgos asociados a la aprobación del decreto PCM 08-2024 en Honduras, el cual establece una asociación público-privada para realizar compras directas de urgencia en el proyecto del tren interoceánico.


Murillo señaló que existe una tendencia global, especialmente entre gobiernos populistas, a buscar mecanismos que reduzcan los controles administrativos, lo que aumenta los riesgos de corrupción. Al flexibilizar los controles en la administración pública con el argumento de agilizar los procesos de construcción, se facilita la ocurrencia de actos corruptos. Este fenómeno es observado en muchas partes del mundo y puede resultar en la pérdida de transparencia y rendición de cuentas en la gestión de proyectos de gran envergadura como el tren interoceánico en Honduras.


Honduras, necesita algo más que competir con el Canal de Panamá, potenciar proyectos vitales abandonados que le sirvan a la gente en trabajo, estructura escolar, formación profesional (INFOP) y un “mega” sistema de servicio sanitario para todos.

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