Manchester City dejó escapar la victoria ante Feyenoord en un dramático empate 3-3 por la Champions League, pero el foco de la atención tras el partido no estuvo en la cancha, sino en el rostro del entrenador Pep Guardiola.
En la rueda de prensa posterior al encuentro en el Etihad Stadium, el técnico español apareció con arañazos visibles en el rostro y un corte en el tabique nasal. La escena desconcertó a los periodistas presentes, quienes no tardaron en preguntar sobre el origen de las lesiones.
Guardiola, visiblemente sereno, respondió: “Sí, me corté usando mis dedos, mis uñas”. Cuando se le repreguntó por qué lo hizo, añadió: “Quería hacerme daño”.
El empate fue una hazaña para el Feyenoord, que remontó un 3-0 en contra y logró silenciar a los actuales campeones de Europa. Este resultado dejó al City en una posición incómoda dentro de su grupo, aunque aún con posibilidades de avanzar a la siguiente fase.
Guardiola es conocido por su intensidad en el banquillo y su autoexigencia, algo que ha sido clave para su éxito, pero estas declaraciones podrían reflejar el nivel de presión que enfrenta en la competición más importante de Europa. La Premier League y la Champions suelen ser desafíos titánicos, y este episodio resalta el impacto emocional del fútbol de élite.
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