Historia de la Cumbre
El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, convocó la primera Cumbre de las Américas en Miami (Florida), en diciembre de 1994, con el fin de promover el crecimiento económico y la
prosperidad en la totalidad de las Américas sobre la base de valores democráticos comunes y la promesa de aumentar el comercio para mejorar la calidad de vida de todos los pueblos y preservar los recursos naturales del hemisferio para las generaciones futuras.
La Cumbre de 1994 fue la primera cumbre hemisférica desde 1967, cuando Uruguay acogió a la mayoría de los líderes de la región, pero no incluyó a Canadá ni gran parte del Caribe. Las cumbres periódicas posteriores han tenido lugar en Santiago de Chile (1998), Ciudad de Quebec, Canadá (2001); Mar del Plata, Argentina (2005); Puerto España, Trinidad y Tobago (2009); Cartagena, Colombia (2012); Ciudad de Panamá, Panamá (2015) y Lima, Perú (2018). Se celebraron cumbres especiales en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia (1996) y Monterrey en Nuevo León, México (2004).
La Cumbre se celebra aproximadamente una vez cada tres años desde 1994 y es la única reunión de todos los líderes de los países de América del Norte, del Sur y Central y del Caribe. Esta será la primera vez que Estados Unidos acoja la Cumbre desde la reunión inaugural en Miami en 1994.
¿Qué es la Cumbre de las Américas?
Como indica el Departamento de Estado, cada cumbre "se centra en un área crítica de cooperación de interés para todos los países de las Américas".
Históricamente, estas reuniones de alto nivel han trabajado en temas referentes a la promoción de la democracia, los derechos humanos y el desarrollo; al aumento de la competitividad económica; al mejoramiento del acceso a la energía limpia y a la tecnología de la comunicación; y al fortalecimiento de la seguridad regional y combate al tráfico ilícito.
Novena Cumbre de las Américas
Con el lema de este año, "Construyendo un futuro sostenible, resiliente y equitativo”. La cumbre se centrará en temas como la pandemia de COVID-19 y las grietas que ha dejado al descubierto en los sistemas sanitarios, económicos, educativos y sociales; incluyen las amenazas a la democracia; la crisis climática; y la falta de acceso equitativo a oportunidades económicas, sociales y políticas.
El éxito de la cumbre dependerá de la adopción de una agenda ambiciosa y orientada a la acción, y del cumplimiento de los compromisos que los líderes asuman en junio en Los Ángeles para hacer frente a estos desafíos.
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