En un testimonio explosivo, Fabio Lobo, hijo del expresidente hondureño Porfirio "Pepe" Lobo, revela los entrelazados lazos entre la élite política y el narcotráfico en Honduras. Este testimonio se presenta en el marco del juicio contra el expresidente Juan Orlando Hernández, acusado de aceptar sobornos millonarios de narcotraficantes.
Fabio Lobo, capturado en una operación encubierta de la DEA, se ha declarado culpable de tráfico de drogas y enfrenta una condena de 24 años de prisión. Se espera que su testimonio sea clave para el caso contra Hernández, a quien acusa de financiar su ascenso político con ganancias del narcotráfico.
Lobo detalla encuentros con traficantes y políticos, incluyendo a Hernández y su hermano Tony, donde se discutieron actividades relacionadas con el narcotráfico, como el financiamiento de campañas electorales.
Además, Lobo vincula al actual vicepresidente del Congreso, Carlos Zelaya, con el uso de pistas de aterrizaje para el tráfico de drogas, destacando la conexión entre la élite política y el crimen organizado.
El testimonio de Lobo arroja luz sobre una red de corrupción y complicidad que ha permeado la política hondureña durante décadas, donde políticos y narcotraficantes caminan de la mano.
El testimonio de Fabio Lobo revela un oscuro panorama de narcopolítica en Honduras, donde la corrupción y el narcotráfico han tejido una compleja red de influencia. Este caso no solo apunta a individuos específicos, sino que pone al descubierto un sistema político profundamente arraigado en el crimen organizado. La justicia espera enviar un mensaje claro a los líderes políticos que se benefician del narcotráfico, señalando que su complicidad no quedará impune.
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