Un clamor de justicia resonó en la capital hondureña este martes 16 de julio, cuando miembros de doce comunidades Lencas de Intibucá, Lempira y La Paz, tomaron las calles para exigir al Estado de Honduras el reconocimiento de su posesión de tierras y la emisión de títulos comunitarios.
Pasadas las 2:00 de la tarde, los manifestantes llegaron al Instituto Nacional Agrario (INA) con un reclamo claro: el cumplimiento del pliego de peticiones que el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh) presentó al gobierno de Xiomara Castro hace dos años.
La respuesta del INA, sin embargo, fue un jarro de agua fría. Se propuso una reunión para las 5:00 de la tarde, aunque inicialmente se les ofreció atenderlos hasta el jueves. La líder del Copinh, Berta Zúniga Cáceres, manifestó con firmeza a Criterio.hn:
“Nosotros no podemos regresar a nuestras comunidades. Vamos a permanecer aquí porque no tenemos otra opción que estar aquí, reclamando y visibilizando nuestra demanda”.
¿Intereses empresariales sobre los derechos de las comunidades lencas?
La tensión aumentó cuando Zúniga, junto con las comunidades, cuestionaron al subdirector del INA, Rafael Alegría, por dar prioridad a reuniones con empresarios antes que a las comunidades indígenas que llevan siglos en resistencia. “Es una injusticia que el señor director Francisco Funes crea, que vamos a esperar hasta el jueves pasivamente”, reclamó indignado Marcelino Miranda.
La postura del INA ha sido duramente criticada por aparentes preferencias hacia el sector empresarial, dejando a las comunidades indígenas en un segundo plano. “En estos dos años de la administración Castro, hemos sostenido diálogos con el INA, pero los procesos han sido tardíos. Llegan a demorar hasta ocho meses para presentar un documento en los juzgados”, añadió Zúniga.
Una lucha de décadas ignorada
Las comunidades Lencas no solo exigen títulos de tierra; su pliego de peticiones incluye demandas por educación, salud, infraestructura vial y acceso a la justicia. Sin embargo, según Zúniga, más de once procesos de tierras siguen pendientes y tres causas han estado sin resolver por más de 25 años. “Algunos procesos han avanzado más que otros, pero en el tema de tierras no ha habido ningún progreso. Lo que vemos es una falta de voluntad política”, declaró Zúniga, señalando la inacción del gobierno actual.
Esta situación pone en evidencia una realidad alarmante: la aparente negligencia del Estado frente a las necesidades de las comunidades indígenas. La lucha de los Lencas por sus tierras es una cuestión de justicia que ha sido postergada por años. Ahora, más que nunca, exigen una respuesta y una acción concreta del gobierno de Xiomara Castro.
¿Seguirá el Estado hondureño ignorando sus demandas o se pondrá finalmente del lado de sus pueblos originarios?
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