En un fallo que ha sacudido a la sociedad hondureña, el ex policía Mauricio Hernández Pineda ha sido sentenciado a 15 años de prisión por su implicación en el tráfico de drogas. Hernández Pineda, quien se declaró culpable de estos cargos, estaba coacusado en el mismo caso que el expresidente Juan Orlando Hernández, sentenciado la semana pasada a 45 años de cárcel por delitos similares.
Hernández Pineda, primo del exmandatario, optó por declararse culpable de narcotráfico en febrero, días antes de enfrentar el juicio junto con el exjefe de la policía hondureña, Juan Carlos "Tigre" Bonilla, quien también admitió su culpabilidad en delitos de narcotráfico.
El juez Kevin Castel impuso la condena, siguiendo de cerca la recomendación de la defensa aunque ligeramente inferior a los 20 años solicitados por los fiscales. La fiscalía condenó a Mauricio Hernández de "transportar personalmente cargamentos de cocaína junto con otros funcionarios corruptos de la policía hondureña armados con ametralladoras".
Según los fiscales, varios de estos cargamentos pertenecían al jefe del cártel de Sinaloa, Joaquín "Chapo" Guzmán, quien cumple una condena de cadena perpetua en Estados Unidos. Hernández Pineda ayudaba al hermano del expresidente, Tony Hernández, y a Alex Ardón, exalcalde de El Paraíso, ambos cumpliendo sentencias en Estados Unidos, a transportar la droga desde Colombia a través de Honduras hasta la frontera con Guatemala, en ruta hacia Estados Unidos.
Ardón fue uno de los testigos en el juicio contra Juan Orlando Hernández. En su declaración de culpabilidad, Pineda admitió haber participado en el traslado de más de 450 kg de cocaína, según los documentos judiciales. También reconoció haber proporcionado "información confidencial de las fuerzas del orden a sus cómplices para asegurarse de que esos cargamentos de cocaína no fueran interceptados" en Honduras.
El juez no impuso ninguna multa adicional a Hernández Pineda, quien, después de cumplir su condena, deberá pasar cinco años en libertad vigilada. Hernández Pineda se entregó voluntariamente a las fuerzas del orden estadounidenses el 11 de febrero de 2020.
Desde 2014, alrededor de cincuenta hondureños acusados de narcotráfico han sido extraditados o se han entregado voluntariamente a la justicia de Estados Unidos, reflejando el alcance del problema del narcotráfico en la región y la colaboración entre ambos países para combatirlo.
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